Al final, el Partido anunciaría que dos y dos son cinco y habría que creerlo. Era inevitable que llegara algún día al dos y dos son cinco.
George Orwell, 1984
La novela «1984» de George Orwell es conocida por presentar una sociedad vigilada donde el Gran Hermano ve todo y controla todo lo que la gente hace. En esta sociedad, lo que dice el partido liderado por el Gran Hermano es la verdad, no importa que no sea cierto. Si el Estado dice que dos más dos son cinco, entonces dos más dos son cinco.
El 29 de mayo de 2019 se realizó la audiencia de solicitud de fianza para que Ola Bini se pueda defender en libertad. Pocas horas antes de la misma, los abogados de la defensa fueron notificados que Ola no estaría presente ese día por motivos logísticos, sino que participaría mediante video conferencia. ¡A pesar de encontrarse en la misma ciudad a uno 15 minutos de distancia! Este suceso daba luces de lo que vendría luego y no sería nada bueno.
Cuando empezó la audiencia, la jueza dejó claro que debíamos apagar todos los celulares. Un señor con cara de malo nos advertía de las consecuencias de no obedecer mientras nos miraba de manera intimidante. Quería estar seguro de que nadie grabe lo que iba suceder.
Cuándo empezó la audiencia, a Ola lo veíamos molesto en unas pantallas de televisión ubicadas a los dos lados de la jueza Yadira Proaño. ¿Quién no estaría molesto cuándo el mismo día día de la audiencia te notifican que te defenderás de manera remota?
La sesión empezó con la participación de José Charry, no pasaron ni cinco minutos y sonó un teléfono. La jueza perdió la cabeza y decidió sacar a la gente de la sala. Salimos todos menos el embajador y el cónsul de Suecia que se les permitió quedarse tras protestar por lo que estaba sucediendo.
La audiencia fue corta, pero el tiempo de espera para que la jueza se pronuncie no. Fueron varias horas que tuvimos que esperar con angustia. La sensación era similar a la que se tiene en un hospital cuando se espera la mala noticia de la operación de un ser querido. Yo sabía que la jueza se demoraba tanto porque tenía que ver como nos iba a explicar que dos más dos es igual a cinco.
Pasó el tiempo y la explicación de la jueza fue más o menos la siguiente. «Cómo no sabemos quién fue el afectado por el delito… no sabemos si fue uno, fueron dos o fueron más…. me es imposible calcular el valor de una fianza…. por lo tanto el señor debe seguir preso hasta que la fiscalía explique quiénes fueron los afectados por el supuesto delito».
(Cuando se haga pública el acta de la audiencia, la pondré acá para que los lectores de este blog puedan tener la verdad oficial.)
Poco le importó la presunción de inocencia. Si el fiscal no sabe quiénes fueron los afectados por el ataque al sistema, que tampoco sabe cual es, entonces, ¿de qué se le esta investigando a Ola Bini? ¡¿Por qué esta preso?!
Con el caso de Ola Bini, queda claro que los jueces de Ecuador pueden actuar bajo presión del ejecutivo y tomar medidas arbitrarias con argumentos absurdos. Si a Ola Bini, programador reconocido a nivel mundial le pasa esto, ¿qué justicia puede esperar la gente común?
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