El día de ayer mientras bajaba de Quito a Tumbaco por la avenida «De los Granados» mi carro dejó de funcionar y no lo pude volver a encender. Yo no se de automóviles, pero se que en la ciudad de Quito existen cientos de mecánicos que pueden ayudarme a arreglar mi carro. Claro que a las 7 de la noche es muy difícil encontrar uno, pero no es algo imposible.
Así que empecé a caminar hasta una mecánica pero la primera que encontré estaba cerrada. Entonces pensé que tal vez un taxista tendría los conocimientos para arreglar mi carro si era algo simple o sabría donde conseguir un buen mecánico. El señor taxista no pudo arreglar el carro, pero sí pudo ayudarme a conseguir un mecánico que arregló mi carro.
Esta anécdota me hizo reflexionar sobre la importancia de tener varios proveedores que puedan arreglar mi carro. Desde el concesionario que me vendió el carro, pasando por grandes talleres hasta llegar al mecánico de confianza que muchas personas tienen. Claro que unos me darán un mejor o peor servicio y cada cual tendrá sus precios y su calidad. Lo más importante como ciudadano tengo la opción de elegir.
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